Nuestras redes GoldFish para el transporte del atún rojo se encuentran entre las más estables y seguras del mercado.
El atún es , en todos los aspectos diferente a cualquier otro pez de cultivo. Los atunes capturados en la naturaleza son remolcados lentamente desde el lugar de pesca hasta las jaulas de retención.
Las redes de GoldFish para transporte del atún rojo se encuentran entre las más estables y seguras del mercado. El encogimiento es mínimo debido al correcto tratamiento que las redes reciben en el proceso de TERMOFIJACIÓN.
El grupo Tecnologia Deportiva fue la primera empresa española dedicada a la fabricación de redes sin nudos. Esta experiencia nos ha permitido producir redes con alta resistencia a la rotura en comparación con su peso.
Después de haber transportado a los atunes cuidadosamente, los transferimos a jaulas o piscinas de engorde donde estos peces increíblemente hermosos son criados como ninguna otra especie.
El atún no solo es mucho más grande que otras especies de peces de cultivo, sino que también es muy delicado y, por lo tanto, debe manejarse con cuidado. Incluso pequeños cortes o contusiones pueden causar que el pez no sobreviva, he ahí la importancia en la calidad del paño de red.
Debido al elevado coste de cada una de las piezas que integran una unidad de cultivo, la pérdida de cualquiera de los individuos no es una opción.
Las redes de GoldFish para la captura del atún rojo se encuentran entre las más estables y seguras del mercado. La actividad de la almadraba puede ser de dos tipos: del derecho y del revés. Las almadrabas de derecho capturan a los atunes que entran a desovar en la zona.
Se trata de atunes más grandes y con grandes huevas, los cuales tiene un valor mayor.
Las almadrabas de revés se encargan de la captura de los atunes que vienen ya de desovar. Por tanto, se trata de atunes con un peso mucho menor y con menos grasa.
Este sistema permite capturar los atunes y mantenerlos con vida hasta transferirlos a nuestras jaulas flotantes en las que, finalmente, son transportados a las granjas de engorde repartidas por todo el Mediterráneo, donde, durante meses, son alimentados, única y exclusivamente, con pescados naturales como caballa, jurel, sardina, arenque o pota.